Hace unos días se inauguró un museo de la Memoria del Holocausto en la ciudad brasileña de Curitiba, Paraná. Más allá de los discursos protocolarios, las declaraciones de dos mujeres; la museóloga Maria Eugenia Saturni y la ministra de Derechos Humanos, Maria do Rosario Nunes, invitan a repensar la memoria y a dar voz a los supervivientes.
Maria Eugenia Saturni comentó: “Este proyecto me obligó a tener una visión de los datos históricos a lo largo del período pero también me hizo reconsiderar las relaciones que establecemos cotidianamente con las personas. La manera en que recibimos una noticia en el informativo diciendo que cien personas perdieron la vida en Rocinha, diez personas, una persona. Con qué frialdad tratamos estas noticias sin percatarnos de lo que está ocurriendo en nuestro entorno o lo que está sucediendo con otros pueblos. El proyecto te obliga a reflexionar y a pensar en el otro: quién es el otro, cómo me relaciono a ese otro, cuán diferentes somos y por qué el otro puede ser diferente y yo no puedo negar su existencia. Este tema despierta estas cuestiones y te obliga a reflexionar constantemente sobre esas relaciones.” La ministra fue más lejos: “Este museo es importantísimo para Brasil porque, con iniciativas como estas, conseguimos dar sentido a la importancia de la memoria, para que situaciones de violencia como el holocausto no caigan en el olvido, no sean relegadas a un segundo plano, dado que justamente en estas tristes y violentas circunstancias, las nuevas generaciones tienen la posibilidad de mirar hacia adelante y hacer elecciones completamente diferentes de las que fueron hechas por los que usaron la tortura y la muerte como instrumento de poder”….“el olvido es tan vil como la propia violencia”. Interdiversity
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