Ayer se sucedían los llamamientos a la libertad de prensa a escala global. Desde la descarga del logo para la libertad de Liu Xiabo, propuesto por Canal Solidari; la inauguración en Madrid de la exposición de humoristas gráficos en torno a la libertad de expresión, el llamamiento de la Naciones Unidas con el lema «Medios de comunicación del siglo XXI: nuevas fronteras, nuevas barreras». Iniciativas para sensibilizar, para denunciar, ya que aún queda un largo camino para conseguir el derecho a informar, a comunicar lo relevante para la ciudadanía y el derecho de la ciudadanía a recibir una información veraz y contrastada. Dia Mundial para recordar el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión».
Mientras tanto, en España hoy, el día después, la Federación de Asociaciones de la Prensa (Fape) exige que no se convoquen ruedas de prensa sin preguntas. Hace muchos años que las ruedas de prensa como tal no se producen, son conferencias de prensa, casi nadie está dispuesto a someterse a las cuestiones de fondo, en un universo de puesta en escena, de pseudo acontecimiento y en el reino de la nota de prensa. Por ello no deja de sorprender esa reivindicación cuando la rueda de prensa es información compartida y, por tanto de escaso valor desde el punto de vista de la exclusiva y, sin duda, confirma la propia importancia otorgada por los profesionales al periodismo de declaraciones. Incluso, algunos colegas se niegan a hacer preguntas en público porque saben que la respuesta será la misma para todos. ¿Algún Pulitzer ha surgido de una rueda de prensa?
También el día después de la libertad de prensa, se ha archivado la causa contra la periodista Ana Rosa Quintana y los redactores de la productora Cuarzo en la causa presentada por el modo de obtención de las declaraciones de la mujer de Santiago del Valle (Caso Mari Luz). La propia Ana Rosa considera el archivo como la demostración de que el trabajo estuvo bien hecho, también había dicho que “hemos dado la noticia que cualquier periodista hubiera querido dar”. Esta satisfacción no debería servir para reforzar un tipo de programas que están dispuestos a obtener declaraciones a cualquier precio. ¿Cual es la noticia que querríamos dar? Que baja el paro, por ejemplo o que algunas enfermedades se pueden curar o que la pequeña Mari Luz estaba viva… La relación está abierta a la libertad de expresión.
Interdiversity
Pongo también en el saco, a toda aquella prensa "pseudo-digital", que traspasa su edición impresa a digital, sin permitir que los usuarios se beneficien del medio, es decir que en vez de usar papel usan la pantalla y no permiten añadir comentarios de los usuarios, o que para añadir el comentario tengas que pasar por un enfarragoso formulario. Desde aquí reivindico mi libertar de opinar.
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