Cuando se produce un atentado, como el de esta mañana contra el colegio Ozar Hatorah de Toulouse en el que han muerto cuatro personas, tres de ellas niños, y otras cinco han resultado heridas, nos quedamos enmudecidos ante la barbarie y pensamos en las familias, sobre todo en las madres rotas de dolor.
Las últimas noticias apuntan que presuntamente se trata de una cadena de crímenes -la moto y el arma coinciden- primero los tres militares franceses de origen magrebí y hoy las personas que acudían a la escuela judía.
Mañana en las centros escolares de Francia y Mónaco, otros niños y jóvenes guardarán un minuto de silencio, yo quisiera que ese minuto fuera global. Pero después debe seguir activa la lucha contra la barbarie, contra la intolerancia, los crímenes de odio, los discursos discriminatorios. Nos jugamos demasiado para permanecer en silencio. Interdiversity
Las últimas noticias apuntan que presuntamente se trata de una cadena de crímenes -la moto y el arma coinciden- primero los tres militares franceses de origen magrebí y hoy las personas que acudían a la escuela judía.
Mañana en las centros escolares de Francia y Mónaco, otros niños y jóvenes guardarán un minuto de silencio, yo quisiera que ese minuto fuera global. Pero después debe seguir activa la lucha contra la barbarie, contra la intolerancia, los crímenes de odio, los discursos discriminatorios. Nos jugamos demasiado para permanecer en silencio. Interdiversity
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