La muerte de Khawla, o como la llamaban sus amigos ‘Jaula’
viene a sumarse a otros tres casos ocurridos en 2022 y a las 1.129 mujeres que
se contabilizan desde 2003, desde que hay un registro oficial en España.
Los orígenes diversos: ella de familia marroquí y él de
familia dominicana, podrían hacer pensar que el suceso tiene connotación
xenófoba, lo cual ha quedado totalmente descartado por la investigación.
Las manifestaciones y las reacciones se suceden. La juventud
de la víctima, la desgarradora la imagen de la madre en una manifestación
espontánea, las declaraciones institucionales como la del ayuntamiento de
Alcalá la Real: ‘Esta noche, la vida de una joven alcalaína de tan solo 14 años
ha sido sesgada, y con ella perdemos una parte de nuestro futuro como sociedad.
Khawla tenía una vida cargada de ilusiones, de futuro, de proyectos para
compartir con el resto. Khawla era una estudiante ejemplar y querida por todos
sus compañeros que hoy quedan desolados junto a su familia y toda la sociedad
alcalaína. Era un ejemplo de integración entre las diferentes comunidades que
conforman nuestro municipio. Por ella y su ejemplo, debemos seguir luchando
contra el odio, la intolerancia, el abuso y la violencia' aparecen en las noticias sobre el curso de la investigación.
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